Ante el anuncio de celebrar junto a nuestras viviendas el macro festival DreamBeach, hemos visitado la anterior ubicación en Villaricos-Palomares. Durante la visita, pudimos pulsar cuál era la sensación que tenían sus vecinos al despedirse de dicho festival. No quisieron ponerse ante las cámaras pero, sin lugar a dudas, su sentimiento es de descanso. Hemos podido pulsar las opiniones de asociaciones ecologistas que siguen sacando bridas y plásticos del terreno a día de hoy. el secretario de la urbanización Vera Playa fue muy claro al describir el infierno pasado por los vecinos por suciedad, ruidos y sentirse atrapados debido a los controles policiales y a los atascos normales de una invasión de 135.000 asistentes.
Lo que nos llamó la atención, y se puede observar en el video, es la distancia de casi dos kilómetros hasta Villaricos y Palomares. Nada que ver con los 50 metros que hay en la posible ubicación en El Toyo. Si a esa distancia, los ruidos y molestias eran enormes ¿qué puede pasar en El Toyo? Además, en temporada alta de turismo de calidad, que es de lo que presumía el anterior regidor de Almería.
Otra cosa llamativa es el tema de los terrenos. En la anterior ubicación era llano con un pinar de refugio para los que acampaban. En El Toyo, hay que meter mucha máquina para conseguir allanar esta superficie porque es impracticable para hacer dicho evento por sus zanjas, dunas, pitas, etc. Eso sin contar con los camaleones y erizos que cualquiera puede ver con dar un paseo por la zona.
Como se puede ver en el plano de Villaricos del año pasado, los accesos eran claros desde una carretera que, por supuesto, se saturaba esos días haciendo que todos los vecinos se quedasen más bien encerrados o acorralados en sus casas. Desde dicha carretera se accedía a los estacionamientos y festival desde varios puntos. En el Toyo eso es imposible. No se puede dar acceso por varios puntos. El flujo de personas hace que este barrio se quede bloqueado, llegando a impedir que sus habitantes acudan a sus puestos de trabajo con total seguridad. Eso, si han podido dormir, puesto que estos festivales no destacan por su mesura al medir los tiempos ni el volumen. Responsables hoteleros de El Toyo son conscientes de que este evento les causará perjuicio puesto que estos hoteles, en temporada alta, no precisamente accesibles, son representativos del llamado turismo de calidad que busca tranquilidad, golf, deporte, playa y gastronomía.
Y es ahí donde el ayuntamiento hace una dejación de funciones clamorosa. Nadie discute que es un tema entre particulares en terreno urbanizable, que no urbano, pero, igualmente, nadie discute que el ayuntamiento y su concejal, miran a otra parte cuando se habla de los malos efectos que tendrán cuatro días y sus noches con una música a un volumen que la inmensa mayoría de habitantes no comparte ni entienden. Sin contar con los 20 días de montaje más 20 de desmontaje, ni los dreamers que llegarán antes y después de fecha a los cuales les gusta su música, como no podría ser de otra forma.
Los vecinos de El Toyo pedimos a este ayuntamiento que evalúe correctamente esta localización. No estamos en contra del DreamBeach, muchos de los vecinos han ido a ediciones anteriores, lo que no queremos es este festival a 50 metros de nuestras viviendas.
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